Por Luis Ernesto Ruiz Martínez. Los dos equipos que durante la mayor parte de la 54 Serie Nacional de Béisbol se mantuvieron en primer y segundo lugar, tienen que conformarse con ver, desde esta noche a las 7:15, cómo los Avileños y Piratas (tercero y cuarto, respectivamente) discuten el ansiado título. Así es la pelota, impredecible y llena de sorpresas. Esos dos finalistas se ganaron el derecho de estar en la Gran Final a fuerza de empeño y coraje.
Los aficionados del resto del país ya deben tener claro cuál es su equipo favorito o el que se ganó su simpatía luego de ver cómo el propio quedó en el camino. En mi caso, que tuve que sufrir la pésima actuación de los cachorros en la segunda etapa, me inclino por apoyar a los tigres.
Además de reconocer en ellos habilidades y recursos suficientes para imponerse, se suma la cercanía geográfica y que varios de mis amigos y amigas nacieron o residen en ese territorio. Aunque confieso que disfruté la increíble victoria de La Isla sobre Matanzas, me sentiría mejor cosechando piña vestido de tigre que asaltando un barco con traje de pirata.
Ahora solo falta que se dé la voz de Play en el Estadio “José Ramón Cepero”, que pasen algunos días y que este enfrentamiento sea tan disputado y atractivo como los anteriores, por el bien de la pelota cubana. No importa que Ciego de Ávila y La Isla llegaran últimos a la fiesta de la postemporada, ellos terminarán siendo los dos primeros y ojalá en el orden que cada uno de nosotros desea.
(Imagen diseñada sobre la base de una caricatura de Osvaldo Gutiérrez Gómez – Osval)
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